La pandemia del COVID19, nos
trajo primero, una desesperación por comprar todo lo que se pudiera en los
supermercados pero en especial la compra de papel higiénico, este tipo de
compra desato mucha risa en la población porque significo que ya estábamos
cagados de miedo ante lo desconocido. El
segundó suceso, fue las grandes colas en las gasolineras, todos a llenar el
tanque de los vehículos y compramos gasolina cara porque nadie se imaginó que
el precio de la gasolina bajaría tanto, nos quedamos gastados y sin poder utilizar
los automotores. El tercer episodio, un
encierro domiciliar que desato por un lado muchas expectativas y pánicos porque
primera vez en nuestras vidas que vivíamos una pandemia como tal, pero una vez
pasado un tiempo volvimos a las calles porque perdimos el miedo a lo
desconocido.
Porque con la facilidad de las
comunicaciones podíamos leer y escuchar a toda velocidad del internet, lo que estaba
ocurriendo en otras latitudes, donde solo la muerte de seres humanos, aterraba
nuestros ojos y oídos. Pero rápido aprendidos
que manteniendo el aseo personal y desinfectando nuestra ropa y alimentos antes
de entrar a la casa y permaneciendo en casa, manteníamos al virus alejado de
nuestro hábitat. El cuarto incidente, la
preocupación por los hijos viviendo fuera del hogar y los familiares viviendo
en otros continentes, preguntando a cada uno de ellos como la estaban pasando
en sus domicilios por fortuna todos estaban bien y a salvo del COVID19.
La quinta sorpresa más grande de
la pandemia, fue descubrir las ocurrencias y disparates mentales de nuestro
presidente Nayib Bukele, quien decidió hacer unas apariciones comunicacionales. Dándonos a conocer como gobernaría la
pandemia del COVID19, durante sus intervenciones la población percibió que
estaba fuera de foco sobre el manejo de la situación. Su decir, amenazante y chifladuras, género pánico
y terror en la población salvadoreña durante la venida y durante la permanencia
de la pandemia. Provocando una reacción en
contra del gobierno Bukelista, al escuchar sus locuciones y acciones en contra
de la población después de las cadenas nacionales de Radio y Televisión.
La población asombrada por lo que
están escuchando y leyendo, comenzó a publicar en forma de protesta en las
redes sociales MEMES y HASHTAGS que reflejan nuestro sentir y burla: La desconfianza
en el manejo de la crisis COVID19, los abusos de autoridad, la extensión de aislamiento
en los centros de contención, la desobediencia al orden constitucional, la
falta de equipamiento y negligencias en la protección de Bioseguridad de los
trabajadores de salud como las malas condiciones sanitarias en los hospitales, la
violación a los derechos humanos y a las órdenes sin sentido dadas por Twitter a
los miembros del gabinete.
La población salvadoreña
rebaso su desenfreno con un comportamiento grupal de protesta ciudadana diaria de
sonar los claxon de los vehículos y ruidos con cacerolas para desahogarse del
abuso a las libertades individuales provocadas por el gobierno Bukelista.