Desde
de 1970, hasta 1993, escuchamos los salvadoreños honrados el decir de los
insurgentes aglutinados en el FMLN que nuestro sistema judicial era un método
tan anticuado que no cumplía con los tiempos modernos del ejercicio de impartir
una pronta justicia y además que esta, no concordaba con la doctrina universal
de los derechos humanos para con el individuo.
A su vez, propagaban que nuestro sistema carcelario era torcido y desalmado.
Después
de la firma de los Acuerdos de Paz, se realizaron varias reformas novedosas para
con el Sector Justicia, modernizando las leyes salvadoreñas para suministrar una
mejor aplicación de la ecuanimidad, surgiendo entre ellas, el nuevo Código Penal
y las penas contempladas en las demás leyes especiales, el Código Procesal
Penal, la nueva Ley Penitenciaria con su Reglamento General y para finales de
1997, nuestro diferente sistema judicial queda finalizado y listo para aplicar
justicia a quienes quebranten las leyes salvadoreñas.
A tan
pocos años de estar en marcha de prueba y error nuestro magnífico sistema judicial,
enfrenta su mas dura experiencia cuando aparecen las toscas mentes criminales de
jóvenes salvadoreños, convertidos en Pandilleros de las barriadas de las grandes
ciudades de los Estados Unidos de América, jóvenes que por sus malos comportamientos,
fueron juzgados, sentenciados y deportados a su país de origen. Adolescentes utilizados y citados por el FMLN
durante el conflicto armado: Comandos
Urbanos.
Antes
de migrar hacia las urbes Norteamericanas, estos jóvenes fueron educados a
odiar las clases sociales, a causar daño a propiedades y bienes ajenos, a
secuestrar, a extorsionar, a eliminar vidas humanas para aterrorizar a la población
salvadoreña y quien sabe a que otras perversidades. Sus mentes adaptadas a la guerrilla urbana y
rural como a convivir con la violencia, no tuvieron problema alguno para transformarse
en pandilleros juveniles. Lastimosamente
para nuestra sociedad, para nuestro recién creado sistema judicial y para nuestros
aplicadores de la ley, el retorno de estos excombatientes del FMLN, quienes lucieron
sus mejores galas cometiendo los crímenes mas horrendos contra la juventud
honrada que se resistía al ingreso a una determinada pandilla, estos mismos pandilleros
deportados, destellaron contra los pobladores de los cantones, barrios y
colonias con una gran oleada de criminalidad por los dominios territoriales.
Los
horripilantes crímenes cometidos contra la población honrada, fue frenada en el
año 2003, al legislarse la Ley para el Combate de las Actividades Delincuenciales
de Grupos o Asociaciones Ilícitas Especiales, por su efectividad y
aplicabilidad de esta ley, tuvo mucha critica de parte de todos los grupos
aliados al FMLN porque toco en lo mas profundo a los diferentes grupos
pandilleriles. Mostrando su rebeldía y
su poder organizativo dentro de la juventud los pandilleros, continuaron
desafiando el imperio de la Ley, continuaron maquinando contra la población salvadoreña
y para el año 2006, se aprobó la Ley Contra el Crimen Organizado y Delitos de Relación
Compleja. A pesar de la efectividad de
las autoridades en el Cumplimiento de la Ley, los pandilleros continuaron su
constante accionar contra la autoridad y la población honrada y para el año
2010, los pandilleros relumbraron en su mentalidad criminal y dominio
territorial, incendiando un Microbús del transporte colectivo en Mejicanos,
dando pie a la creación de la Ley de Proscripción de las Pandillas, penalizando
la pertenencia a las hordas criminales. Ante
la promulgación y puesta en efectividad de esta ley, los pandilleros convertidos
en el enemigo publico numero uno por Ley, y para bloquear la efectividad que
los tipifica: Delincuentes criminales, estos
reaccionan ante la institucionalidad judicial con una propuesta de Tregua entre
Pandillas, dando como resultado en los primeros meses la disminución de las
disputas territoriales y la mengua de los homicidios entre pandilleros, medida
que fue avalada por el presidente Funes Cartagena y el FMLN. Además hacen caer en la trampa a ciertos gobiernos
municipales y al Ministerio de Justicia y Seguridad Publica como a la
Secretaria General de la OEA, en la creación de los de Municipios Santuarios.
La
creatividad de los pandilleros por zafarse del peso de la Ley, creando la Pax Mafiosa,
es tal que hacen creer a la población y al gobierno que la tregua funciona
porque cesan los ataques y la violencia criminal, evidenciándolo con la baja en
los homicidios. Pero los pandilleros olvidan
un importante detalle y continúan haciendo uso de la extorsión como fuente de
financiamiento para sus clicas. Ganándose
un fuerte rechazo de la población honrada, sino fuese por este detalle, los
pandilleros casi logran su objetivo de evidenciar las bondades de la pax
mafiosa, si no existiese esta negligencia…… De mantener las extorsiones.
En hora
buena para la población honrada porque los pandilleros fueron pillados, al
demostrar que su único interés con la tregua entre pandillas, era para fortalecer
el control territorial dentro y fuera de los penales y ganar tiempo suavizando
la aplicabilidad de la Ley que proscribe a las pandillas. Que nos queda por estar a la mira…… Que el nuevo ministro Ricardo Perdomo, cumpla
aplicando la ley que tanto temen los malhechores pandilleros, así como el
restablecimiento del orden dentro de los Centros Penales, utilizando la Ley Penitenciaria
y su Reglamento. Y terminemos de una vez
por todas con la farsa de la tregua entre pandillas. Recuperando el verdadero dialogo, ofrecido dentro
de las leyes y medidas judiciales salvadoreñas, solo cumpliendo con la
institucionalidad penal, derrotaremos las mentes criminales existentes dentro
de las Maras salvadoreñas.