Translate

domingo, 14 de mayo de 2017

Culpa de otros… A quienes culpar.


Como nada el año 2017, se consume y las políticas públicas para aumentar nuestro desarrollo económico no cambian para nada en el país para disminuir la pobreza, atreves de la productividad y generación del empleo.  El único avance que podemos relatar, está en el programa populista del desarrollo social: Buen Vivir, programa desacreditado por una gran mayoría de los partidarios del Frente Farabundo Martí, diciendo que, ese programa solo sirve para el enriquecimiento de los líderes y funcionarios de actual gobierno, porque no resuelve los problemas de pobreza, solo la aumenta.  En pocas palabras no hay generación de empleo, ni emprendedores, ni inversionistas para generar la riqueza necesaria para aumentar la productividad y romper el ciclo de pobreza.  Porque nuestros gobernantes del FMLN, continúan empecinados con los preceptos Marxistas Leninistas, destruyendo el aparato de la riqueza como medio para disminuir la pobreza.

Como muy bien lo hemos experimentado, galopando en los senderos del detrimento de la productividad agrícola salvadoreña, podemos afirmar con certeza que esta se estancó, por ejemplo: La productividad cafetalera, llego a su más bajo nivel en cuanto a su capacidad como generadora de empleo.  La mayoría de cafetaleros en la actualidad, cultivan café en un promedio de 10 manzanas, obteniendo producciones promediadas entre 3.6 a 4.7, quintales por manzana.  Las reformas ideadas e implementadas para controlar la comercialización del café, durante los gobiernos del PDC en 1979, para eliminar la producción cafetalera por considérala como la culpable de la pobreza del campesinado salvadoreño.  Los controles a la producción cafetalera consumada desde ese tiempo, dieron su resultado con el paso del tiempo, disminuyendo la caficultura como podemos testificarlo en el 2017, por la cantidad cultivada y por la producción exportada, tan solo alcanzo a generar empleo para 25.000 trabajadores.  Los caficultores, durante sus mejores tiempos de productividad, dieron empleo a más de 600.000 campesinos.

Otro ejemplo, de destrucción en la producción agrícola para disminuir la pobreza del campesinado salvadoreño: La producción de Maíz, esta siembra, se encuentra a la baja por las malas políticas públicas, direccionando la producción del pequeño productor de maíz desde los escritorios burocráticos: Planificando y determinando las áreas a sembrar y la calidad de la semilla e insumos agrícolas a usar.  Hoy por hoy, la producción del maíz, se ha visto afectada por los recortes presupuestarios efectuados por el Ministerio de Hacienda al Ministerio de Agricultura y Ganadería, quienes tendrán que disminuir la repartición de los paquetes agrícolas a los programas sociales de la agricultura familiar en detrimento de la producción anual y aumento de la pobreza.

No importa como culpemos a los generadores de pobreza y disminución de la productividad agrícola, sean estos los antiguos terratenientes o los actuales burócratas agrícolas, lo cierto, nadie sabe cómo contenerla, porque como dicen: La mano derecha no sabe lo que la mano izquierda hace.  Solo sabemos que los niveles de pobreza aumentaron en el área Rural por la intervención estatal en los medios de producción agrícola.    

El último ejemplo, en la disminución de la productividad del empresariado salvadoreño, lo estamos viviendo con los industriales y comerciantes, quienes se ven afectados por los altos costos en la facturación de la energía eléctrica y por la lentitud aduanal, ocasionada por las largas revisiones físicas de la mercadería importada y exportada.  Elementos controladores del estado salvadoreño a los medios de producción industrial que inciden negativamente en la capacidad productiva y exportadora.  Y por ende repercutiendo en la rapidez distributiva de los productos elaborados a los mercados internacionales como en detrimento de la economía porque no crece lo suficiente, aumentando la pobreza Urbana.

Queda muy claro que nos encontramos en el retroceso de nuestra existencia productiva, generada por políticas económicas y sociales equivocadas del Socialismo del Siglo XXI.  Tan solo escucharan a los sectores productivos salvadoreños, clamando por más agilidad y liberación de los controles gubernamentales en la productividad.  Tan solo escucharan las proposiciones del empresariado, demandando más austeridad en el gasto público que frene el gasto de los burócratas.  Tan solo escucharan los burócratas efemelenistas, cuando los generadores del empleo y de la productividad, exigen flexibilizar las cargas impositivas y a realizar los ajustes necesarios para reducir los desacuerdos existentes que impiden el ofrecimiento del empleo y la disminución de la pobreza atreves de la producción.  Basta ya de prejuicios y de oídos sordos y de culparnos los unos con los otros en beneficio de los trabajadores salvadoreños.