Los
cuetes sonaron como siempre en el espacio urbano y rural pero con baja
intensidad porque en la actualidad muy pocos queman metralletas, bombas y
morteros sonoros por la prohibición. Los
que nos deleitamos reventando esa calidad de diversión, quemando pólvora retumbante
durante las épocas navideñas y de fin año por las circunstancia, nos debemos de
conformar con las luces de colores que iluminan el firmamento
salvadoreño…... Adiós por siempre a los cuetes
tronadores y silbadores que hicieron historia de las travesuras de la infancia
y adolescencia, jodiendo la paciencia de los pacifistas con los buscaniguas.
Como
cambian las modalidades generacionales pasando de los sonoros bombazos, a la
vista del firmamento destellado por los cuetes de luces, demostrando con esa
conducta esnobista que las nuevas generaciones de salvadoreños tienen que
encontrar dentro de la maquina del tiempo su nuevo rumbo de vida económico y
social que los continúe adentrando al urbanismo contemporáneo, regido por los
avances tecnológicos de la nueva era de los Jetsons de Hanna – Barbera donde
Rosie, la robótica ordenaba la casa. Estos
cambios de conducta de vida de los pobladores de El Salvador, exigirá de los
electores, elegir a un personaje que consiga, colocar la inversión económica y
social en orden para rescatarla del endeudamiento que nos deja el gobierno de la
alianza Funes Cartagena - FMLN.
Todos
hemos sido testigos como se fue agravando el déficit fiscal y aumentando la
deuda del estado por las necedades autoritarias de los que nos gobiernan…… Apantallando a los votos duros efemelenistas,
así como tratando de cautivar a los votos indecisos con fuertes despliegues
propagandísticos, hablando de como han favorecidos a los sectores olvidados del
desarrollo humano con los programas de inversión social. Creando en una ilusión de crecimiento
económico a costillas de los prestamos internacionales, menos mal que el gobernante
berrinchudo, tuvo el valor de aceptar antes que finalizara el 2013, que no
habían tales sobre el crecimiento economico que subestimaron los ingresos
fiscales para continuar con sus presentaciones de inversión social, admitiendo
que finalizaron el año con un déficit fiscal superior al 4 porciento del PIB.
Con las
arcas del estado en banca rota y la economía quebrada, las actuales
generaciones de salvadoreños tienen que sentar cabeza y pensar cual será el
nuevo cuete generador de confianza para con los inversionistas que ilumine el
firmamento del país que logre el
crecimiento económico y el desarrollo humano de las nuevas generaciones que
buscan su diario vivir en nuestra cálida atmósfera.